Cada 10 de septiembre se conmemora el Día Mundial de la Prevención del Suicidio, una fecha para recordar que hablar de salud mental salva vidas.
En la sociedad actual, el uso de las pantallas forma parte de nuestra rutina: nos conectan, nos informan y nos entretienen. Sin embargo, también pueden convertirse en un factor que aumenta el malestar psicológico.
Compararse de forma constante en redes sociales, vivir bajo la presión de “estar siempre disponible” o pasar demasiado tiempo en entornos digitales puede afectar a nuestra autoestima, favorecer sentimientos de soledad y aislamiento.

Por eso, en un mundo hiperconectado es clave recordar que la verdadera conexión que necesitamos es la humana: escuchar, acompañar y crear espacios de confianza en los que podamos expresarnos sin miedo.
La prevención pasa, sobre todo, por romper el silencio y entender que pedir ayuda no es una señal de debilidad, sino un acto de valentía. Existen profesionales, recursos y personas dispuestas a acompañar en los momentos más difíciles.

Si conoces a alguien que pueda estar sufriendo, tu escucha y tu cercanía pueden ser un gran apoyo. A veces no hacen falta soluciones, solo estar presente, ofrecer compañía y mostrar empatía. Preguntar con sencillez “¿cómo estás?” o recordarles que no están solos puede convertirse en un primer paso hacia la esperanza.
Cuidar la salud mental es cuidar la vida.
RECURSOS
- Formación gratuita para la prevención del suicidio – Vigilantes de la vida
- Teléfono de la esperanza – Teléfono y web