Los efectos del móvil en niños y niñas, chupetes digitales y adicción

El uso excesivo del móvil en niños y niñas puede tener efectos negativos. Aprende cómo evitar la adicción y las consecuencias del chupete digital en su desarrollo.
En este artículo hablamos de:

Basta con echar un vistazo alrededor cuando se sale a la calle para ver, no solo a jóvenes y adultos, sino a cada vez más niños y niñas, incluidos bebés, frente a una pantalla. Hay, incluso, silletas o carritos que incorporan un accesorio para sostener dispositivos y es ya habitual presenciar la siguiente escena: una familia está en un restaurante esperando a que les sirvan la comida.

El niño pequeño, de unos 3 años, empieza a inquietarse porque tiene hambre, está aburrido y le cuesta estar sentado tanto tiempo. Comienza a quejarse, llorar y moverse de un lado a otro, llamando la atención de los demás comensales. Para calmarlo, uno de los padres saca el móvil y le pone un video de dibujos animados en YouTube. En cuanto el niño recibe el dispositivo, se calma de inmediato, deja de llorar y se concentra en la pantalla. La familia puede continuar su conversación en paz mientras el chiquillo está entretenido con el móvil. Estamos ante un claro caso de “chupete digital”, que como ya intuirás tiene ciertas consecuencias, y ninguna positiva, en el desarrollo del niño o niña en cuestión.

¿Qué es un chupete digital y cómo afecta a los niños y niñas?

El «chupete digital» es un término coloquial que se refiere al uso de dispositivos electrónicos, como teléfonos móviles, tabletas o televisores, para calmar, entretener o distraer a los niños y niñas. Se compara con un chupete físico porque cumple una función similar: tranquilizar o mantener ocupados a los niños y niñas, especialmente en momentos en los que necesitan consuelo o están inquietos/as, como durante una rabieta.

Chupete digital

El uso del móvil como herramienta para calmar a los niños y niñas

Es cada vez más habitual que padres, madres o adultos de referencia recurran al móvil para calmar a sus hijos e hijas en situaciones estresantes. El dispositivo actúa como un «apaga fuegos» inmediato, ya que la pantalla atrae la atención de los y las menores con colores brillantes, sonidos y contenido entretenido. Sin embargo, el uso frecuente de esta estrategia puede evitar que niños y niñas aprendan a regular sus emociones de manera natural y desarrollar las habilidades sociales necesarias.

“El uso de un teléfono para premiar o distraer a niños de 1 a 4 años provoca que exijan los dispositivos para calmarse y se frustren si se les niega. El uso rutinario de dispositivos para distraer o calmar genera dificultad para el desarrollo de estrategias de autogestión; ocasiona dependencia de las pantallas para la regulación de las emociones y determinará dificultades de autorregulación en etapas posteriores”, alertan desde la Asociación Española de Pediatría (AEP).

Consecuencias del uso excesivo del móvil en niños y niñas

Debido al impacto de los dispositivos electrónicos en el neurodesarrollo que han confirmado los últimos estudios, la Asociación Española de Pediatría ha aumentado recientemente el rango de edad por debajo del que considera que no debe exponerse a los y las menores a pantallas y pasa de los 2 a los 6 años. Por tanto, desaconseja el uso de pantallas antes de los seis años, considerándose que no existe un tiempo seguro.

¿Pero cuáles son esas consecuencias? La AEP responde que “el impacto del uso excesivo de pantallas en niños, niñas y adolescentes es multifactorial y afecta a diversas áreas relacionadas con la salud y el bienestar, que reducen su calidad de vida” y detalla:

Efectos del móvil en niños
  • Sueño: un mayor tiempo de uso de pantallas se asocia con permanecer un menor número de horas en la cama, acostarse más tarde y mayor latencia del inicio del sueño. Además, produce un aumento de la somnolencia diurna; una disminución de la somnolencia nocturna; una reducción de la secreción de melatonina; un retraso del reloj circadiano; y una disminución y retraso del sueño REM. Todo ello favorece el estado de ánimo depresivo, las alteraciones de la conducta, la disminución de la autoestima, y la alteración del desarrollo cerebral. 
  • Alimentación y nutrición: algunos estudios asocian el tiempo frente al televisor con una dieta menos saludable, favoreciendo el consumo de alimentos hipercalóricos y, por consiguiente, aumentando el riesgo de sobrepeso y obesidad. 
  • Actividad física: se ha demostrado que los y las adolescentes que ya tienden al sedentarismo pasan más tiempo usando pantallas. Por el contrario, la limitación de su uso favorece la práctica de actividad física
  • Riesgo cardiovascular: la falta de ejercicio físico por dedicar demasiado tiempo a las pantallas aumenta el riesgo de desarrollar síndrome metabólico. Por el contrario, se ha vinculado la reducción del tiempo de pantallas con una reducción de la presión arterial y un aumento del colesterol “bueno” (HDL). 
  • Fatiga visual: el ojo seco, la picazón ocular, el lagrimeo, la sensación de tener un cuerpo extraño en el ojo o la visión borrosa son algunos de los síntomas causados por el exceso de pantallas, así como el dolor cérvicolumbar, la fatiga general y la cefalea. Además, en la infancia y adolescencia favorece especialmente la miopía progresiva y el estrabismo agudo. 
  • Volumen cerebral: la evidencia científica apunta a una disminución del espesor de la corteza cerebral en varias regiones, debido al uso excesivo de pantallas. El uso prolongado y sin supervisión de dispositivos móviles puede tener repercusiones significativas en el desarrollo de los niños y niñas, tanto en el ámbito cognitivo como emocional.

Impacto en el desarrollo cognitivo y emocional

El exceso de tiempo frente a la pantalla limita la exploración del entorno físico y las interacciones sociales, fundamentales para el desarrollo del cerebro. Además, la exposición constante a estímulos visuales y auditivos puede dificultar la concentración y la capacidad de seguir instrucciones. 

Por otra parte, limita la creatividad y el juego imaginativo. Los juegos digitales, aunque pueden ser educativos, no sustituyen el juego libre y espontáneo, que es esencial para el desarrollo de habilidades sociales y emocionales.

Desventajas del móvil: aislamiento social y problemas de sueño

El uso excesivo del móvil puede llevar al aislamiento social, ya que los niños y niñas optan por interactuar con dispositivos en lugar de relacionarse cara a cara. Además, la exposición a la luz azul de las pantallas antes de dormir interfiere en la producción de melatonina, una hormona esencial para el sueño, lo que provoca insomnio y fatiga.

¿Cómo evitar la adicción al móvil en los niños y niñas?

Lo ideal, por supuesto, sería introducir el móvil lo más tarde posible y, mientras tanto, trabajar en una buena educación digital mediante conversaciones que les ayuden a preparase para el universo digital y sus riesgos. 

Si ya tienen un móvil o acceso a él, evitar o reducir la dependencia de estos dispositivos digitales requiere paciencia, consistencia y estrategias adecuadas, además de mucha implicación por parte de los adultos de referencia. Aquí te ofrecemos unas cuantas ideas.

Estrategias para reducir el tiempo frente a la pantalla

Alternativas saludables para calmar a los niños y niñas

En esos momentos en los que lo sencillo es recurrir a las pantallas para calmar al niño o niña, existen alternativas, aparentemente menos efectivas en el corto plazo, pero enormemente útiles y beneficiosas:

  • Leer cuentos o libros.
  • Música que ayude a expresar sus emociones.
  • Practicar ejercicios de respiración o meditación infantil.
  • Ofrecer juguetes educativos o materiales de arte (pinturas, plastilina, arena mágica…) que ayudan a que se concentren y relajen. 
  • Incentivar las actividades al aire libre o el juego físico.

RECURSOS

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Saioa Rolán Azcona

Periodista especializada en Comunicación Digital y Educación.

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