¿Alguna vez has recibido un simple «ok» o «vale» por mensaje y te has quedado pensando si la otra persona está molesta o no quiere hablar? Este tipo de respuestas secas, sin emojis ni interés aparente, es algo muy común entre jóvenes y adultos, y se conoce como dry texting. Como familias, es importante entender este fenómeno y acompañar a nuestros hijos e hijas en su forma de comunicarse en el mundo digital. En este artículo te explicamos en qué consiste, por qué sucede, cómo puede afectar a las relaciones y qué podemos hacer para fomentar una comunicación digital más sana y empática.

¿Qué es el dry texting?
En el actual mundo digitalizado, en el cual la mayoría de nuestras conversaciones se dan en aplicaciones como WhatsApp o Instagram, se ha empezado a hablar mucho sobre el dry texting, que no es otra cosa que responder de forma seca y fría a través de mensajes. En otras palabras, es una manera pasivo-agresiva de responder con monosílabos, frases cortas y tajantes o emojis, que hacen que la conversación se acabe.
Aunque a veces parece una simple forma de responder rápido, puede interpretarse como una actitud distante o incluso desinteresada. Y cuando lo vemos en nuestros hijos e hijas, o en su entorno, es normal que nos preocupe o que surjan malentendidos.
¿Cómo afecta el dry texting a las relaciones interpersonales?
Este fenómeno puede tener un impacto significativo en nuestras relaciones y en las relaciones de nuestros hijos e hijas, generando emociones desagradables, como confusión o frustración, al recibir ese tipo de mensajes. Ami Bondía, doctorada en Periodismo especializada en Inteligencia Emocional, asegura que “un simple ok o un vale sin más puede no parecer gran cosa… pero según el momento y el contexto, puede doler más que un silencio. El lenguaje digital carece de tono, de expresión, de intención visible. Así que quien recibe el mensaje acaba poniéndole su propio filtro emocional, que no siempre es el más optimista. Muchas veces, detrás de ese dry texting no hay mala intención, simplemente hay cansancio, automatismo o falta de habilidades comunicativas. Pero si eso se repite sentimos que hay falta de interés o incluso indiferencia”.
¿Por qué alguien responde con monosílabos?
Es habitual que, como madres, padres o educadores, veamos este tipo de respuestas en nuestras interacciones y en las de nuestros hijos e hijas con sus amistades. Por eso, antes de hacer una interpretación individual de los hechos, es importante entender qué causas hay detrás.

- Falta de tiempo para responder o cansancio: Cuando una persona está ocupada, estresada o mentalmente agotada, es común que responda de forma breve.
- Desinterés o falta de conexión emocional: A veces, los mensajes secos son señal de que la persona no está interesada en la conversación o en fortalecer el vínculo. Esta forma de comunicación puede ser una manera de evitar situaciones incómodas, como tener que decir claramente que no le apetece hablar.
- Ansiedad social o incomodidad: Especialmente en personas con ansiedad social, hablar con monosílabos puede ser una forma de protegerse emocionalmente. Los entornos digitales pueden ser abrumadores y las respuestas breves son una forma de limitar la interacción sin tener que dar explicaciones.
- Cultural o personalidad reservada: Existen personas que por su carácter son más reservadas y no suelen extenderse en sus mensajes, incluso si no hay malestar o desinterés.
- Falta de educación emocional en entornos digitales: Muchas personas adolescentes, y también adultas, no saben cómo expresar emociones o intenciones en un chat. La experta Ami Bondía destaca que esto se debe a la falta de educación emocional en el ámbito digital, lo que lleva a respuestas frías y malentendidos.
Consejos para mejorar la comunicación por chat
Desde casa podemos acompañar a nuestros hijos e hijas para que desarrollen una comunicación digital más consciente, expresiva y respetuosa. Aquí exponemos algunos consejos útiles tanto para jóvenes como para adultos.

Desarrollo de la empatía
Como los mensajes escritos no tienen ni tono ni gestos, se pueden malinterpretar muy fácilmente. Por eso, es necesario enseñarles a pensar antes de enviar un mensaje y hacerse preguntas como: ¿cómo me sentaría a mí este mensaje?, ¿me gustaría recibirlo?, ¿cuál me gustaría recibir? De esta manera, les enseñamos a ponerse en el lugar de la otra persona, desarrollando así la empatía y la responsabilidad afectiva. Como familias, podemos dar ejemplo y conversar sobre estos temas en casa.
Comunicación clara
Es importante comunicar claramente lo que se quiere decir y expresar lo que se siente con palabras concretas (también se puede hacer uso de emojis). Por ello, es necesario expandir el léxico emocional de nuestros hijos e hijas, por lo que una buena educación emocional es crucial. Para asegurarnos de que nos comunicamos de una manera clara y expresiva, nos podemos hacer las siguientes preguntas: ¿se entiende el mensaje?, ¿mis intenciones se expresan claramente?, ¿estoy comunicando cómo me siento?, etc. Además, es útil normalizar que si no es buen momento para hablar, se puede decir: «Ahora no puedo, luego te escribo”.
Expresión de preocupaciones
Es importante transmitir a la juventud que, si reciben un mensaje frío que les hace sentir mal, lo mejor es comunicarle a la otra persona cómo se sienten. Mar España, exdirectora de la Agencia Española de Protección de Datos y autora del libro Así se somete a una sociedad, considera que lo mejor es hacer saber a la otra persona cómo nos ha hecho sentir ese comportamiento: “Dicen que las emociones, si no se expresan, se pudren. La clave es expresarlo de una forma respetuosa, nombrando el hecho sin valoración subjetiva, expresando nuestros sentimientos y necesidades”. De esta manera, estamos educando a la futura población en la resolución pacífica y asertiva de los conflictos.
Mantener interacciones cara a cara
Por último, teniendo en cuenta que la mayoría de las interacciones de la juventud de hoy en día son digitales, se corre el riesgo de no desarrollar habilidades sociales. Por ello, es necesario mantener un equilibrio entre las interacciones digitales y las que se mantienen cara a cara. Al fin y al cabo, al relacionarnos presencialmente identificamos las señales que nos ayudan a interpretar una conversación y el estado de la otra persona.
RECURSOS
- Artículo – Netiqueta
- Artículo – Parentalidad positiva
- Artículo Dialnet – Impacto de la comunicación digital en el bienestar psicológico