La inteligencia emocional es clave para una buena salud mental. Enseñar a nuestros hijos e hijas a gestionar sus emociones les ayudará a tener una mejor relación con su alrededor y a enfrentarse a los retos del mundo real y digital. Aquí te contamos algunas claves que necesitas saber sobre cómo ayudarles en este proceso de aprendizaje.
¿Qué son las emociones en niños, niñas y adolescentes?
Las emociones son las respuestas que experimentamos las personas ante los estímulos que nos rodean y que nos hacen sentir y reaccionar de cierta manera. Son universales y las experimentamos todas las personas, pero la forma en que las gestionamos varía según la etapa de la vida en la que nos encontremos.
A continuación, te dejamos la estructura que propone el psicólogo y pedagogo Rafel Bisquerra, experto en educación emocional, de cómo nace una emoción, cómo nuestro cuerpo reacciona ante ella y cómo nos predispone a actuar.
1. Surge la emoción
Una emoción surge a partir de un estímulo: un acontecimiento, un pensamiento, una conversación, un suceso… Este acontecimiento puede ser, por tanto, externo o interno, pasado o futuro, real o imaginario y consciente o inconsciente.
2. Valoramos el acontecimiento
Un mismo acontecimiento puede ser valorado de distintas formas según la personas, por lo que, la emoción puede ser diferente según cada persona. La emoción no depende del acontecimiento en sí, es decir, de lo que ocurre, sino de la forma que tenemos de valorarlo.
3. Reaccionamos ante la emoción
Tras sentir la emoción se produce una triple respuesta en nuestro cuerpo. Estas respuestas son a nivel físico, cognitivo y comportamental.
- Las respuestas físicas y corporales son involuntarias frente a cualquier emoción. Sería cuando experimentamos taquicardia, sudoración o tensión muscular.
- La respuesta cognitiva son los procesos mentales que realiza una persona para percibir, identificar y etiquetar la emoción que experimenta.
- La respuesta comportamental se refiere a los cambios en el comportamiento que provoca una emoción. Estos cambios se manifiestan mediante la expresión emocional y se puede percibir a través del lenguaje no verbal.
4. Acción
Una vez que sentimos la emoción tendemos a actuar, ya que las emociones predisponen a la acción. De esta manera, se puede actuar, alargar o acortar la emoción por medio de la inteligencia emocional. Esta inteligencia se puede trabajar para tener mayor regulación emocional y dar una respuesta apropiada y no impulsiva.
Gestión emocional infantil
La gestión emocional infantil es un aspecto fundamental en el desarrollo de los niños, y niñas, ya que la manera en la que gestionan sus emociones influye directamente en su bienestar y en su capacidad para afrontar los problemas de su día a día. Enseñarles a los niños, niñas a identificar y expresar sus emociones de manera adecuada les ayuda a construir una buena salud mental y poder establecer fuertes relaciones interpersonales.
Durante los primeros años de vida los menores experimentan una amplia gama de emociones, pero no tienen las habilidades y capacidades suficientes para poder regularlas. Por eso, es común la etapa de rabietas donde se producen respuestas exageradas ante un simple acontecimiento debido a la incapacidad que tienen de gestionar su malestar.
Es aquí, donde el papel de los padres, madres, educadores y docentes se vuelve crucial, ya que tenemos que ser los y las que les brinden las herramientas suficientes para que sean capaces de controlar y regular sus emociones.
¿Qué tipo de emociones existen?
Todas las emociones que experimentamos nacen de las emociones básicas que son entendidas como aquellas emociones que pueden entenderse directamente de las expresiones faciales, son sentidas y son comunes a todas las culturas, es decir, son universales. Estas emociones básicas son la alegría, la tristeza, el asco, el miedo y la ira.
De las cinco emociones principales nacen las emociones secundarias, estas surgen como resultado de nuestro desarrollo personal, las interacciones que mantenemos con nuestro entorno y la combinación de dos o más emociones básicas. Algunas pueden ser: vergüenza, culpa, orgullo, placer, celos, ansiedad o envidia, entre otras.
Emociones agradables y desagradables
De manera errónea, solemos hablar entre emociones positivas y negativas. Sin embargo, las emociones pueden ser más agradables o desagradables, pero todos son positivas porque todas tienen una función. Nos ayudan a adaptarnos a las situaciones que vivimos y, por supuesto, todas son necesarias para vivir.
Es por ello que todas las emociones se dividen entre emociones agradables (que generan bienestar) y desagradables (generan malestar), pero todas son buenas y necesarias.
Importancia en el desarrollo
Para hablar de la importancia de las emociones en el desarrollo de nuestros hijos e hijas utilizaré la ponencia de Rafa Guerrero, psicólogo clínico y Doctor en Educación, en el programa BBVA aprendemos juntos.
Él, en este programa, recalca que la educación emocional es muy necesaria. Para argumentar su afirmación responde a la siguiente pregunta: ¿hasta qué punto es necesario que un niño o niña se frustre y aprenda a frustrarse? Para él, es tremendamente necesario.
¿Por qué? Él afirma: “porque la vida tiene muchos acontecimientos y tiene muchas situaciones que son frustrantes. Es decir, momentos en que nos gustaría que las cosas pasasen de otra manera. Entonces, yo siempre digo que el mejor momento, el mejor lugar para que nuestros niños y niñas aprendan a frustrarse es con sus padres y sus madres”.
Por ello, es importante que en casa ofrezcamos espacios seguros a nuestros hijos e hijas para que se sientan libres de sentir y de reaccionar ante sus emociones. En estos espacios controlados es donde vamos a ser capaces de enseñar a los y las menores las herramientas y estrategias para controlar sus emociones y para que luego ellos y ellas las puedan utilizar en su día a día.
El mensaje es claro, si queremos que nuestros hijos e hijas sean capaces de gestionar la tristeza, el miedo o la rabia, primero, las habrán tenido que sentir y nosotros y nosotras haberles dado las pautas necesarias para poder afrontar esas situaciones y emociones.
¿Cómo abordo las emociones con mis hijos e hijas?
Guerrero expone en este programa que a las familias siempre les explica 3 pasos que para él son fundamentales para enseñar la gestión emocional.
Si estás leyendo este artículo probablemente estés en el segundo paso, te encuentres enseñando a tu hijo/a maneras para que sea capaz de autorregular sus emociones. Quizá, te estés preguntando qué herramientas o estrategias puedes utilizar para ello, en el siguiente punto te contamos algunas de ellas.
Estrategias efectivas de educación emocional
A continuación, te ofrecemos algunas estrategias para la educación emocional. Estas técnicas usadas de manera regular, pueden contribuir a desarrollar en los y las menores una buena inteligencia emocional, mejorando su capacidad para relacionarse con los demás y manejar sus emociones de manera saludable.
- Modelado emocional: Los niños y niñas aprenden observando cómo los adultos manejan sus emociones. Padres, madres, maestros, maestras y cuidadores sirven como modelos positivos al demostrar formas saludables de expresar y regular sus propias emociones. Habla con ellos sobre tus emociones, tus frustraciones y de cuáles son tus maneras de afrontarlas.
- Identificación y etiquetado de emociones: Ayudar a los niños y niñas a identificar y nombrar sus emociones es un primer paso crucial. Enseñarles a poner palabras a lo que sienten les da herramientas para comprender y comunicarlas mejor.
- Validación emocional: Escuchar a tus hijos e hijas y validar sus emociones les enseña que está bien sentir lo que sienten y que no pasa nada por sentirse mal. De esta manera, fortalecemos su confianza emocional.
- Técnicas de regulación emocional: Enseñarles habilidades como la respiración profunda, la meditación o contar hasta diez puede ayudar a los niños y niñas a regular sus emociones en momentos de estrés o frustración.
- Resolución de conflictos: Enseñar a los niños y niñas a resolver conflictos de manera pacífica y efectiva, escuchando, comprendiendo, respetando y poniéndose en el lugar de los demás, mostrando actitudes empáticas.
- Técnicas de mindfulness: Introducir ejercicios de mindfulness puede ayudar a los niños y niñas a estar más en sintonía con sus emociones, pensamientos y sensaciones corporales, favoreciendo una mejor autorregulación emocional.
- Refuerzo positivo: Alabar y reforzar las conductas adecuadas en la gestión emocional motiva a los niños y niñas a repetir esos comportamientos cuando vuelvan a encontrarse en situaciones similares.
- Lectura de cuentos y juegos sobre emociones: Libros y juegos que exploran las emociones pueden ser una manera divertida y efectiva de enseñar a los niños y niñas a reconocer y entender sus sentimientos y los de los demás.
Guía E-TIC
La educación emocional no es un proceso inmediato, pero con paciencia y las herramientas adecuadas, podemos ayudar a nuestros hijos e hijas a construir una base sólida para su bienestar emocional. Para seguir aprendiendo y reforzando este aspecto os recomendamos esta guía de E-TIC.
Otros recursos
Aquí podéis encontrar otros recursos de interés:
- Libros para leer en familia: Monstruo de los colores (Ana Llenas), El emocionario (Cristina Nuñez), Tengo un volcán (Míriam Tirado Torras), Nos tratamos bien (Lucía Serrano), Los 4 cerebros de Arantxa (Rafa Guerrero)
- Libros sobre educación emocional: El cerebro del niño explicado a los padres (Álvaro Bilbao), Cómo hablar para que los niños escuchen. Y cómo escuchar para que los niños hablen (Adele Faber y Elaine Mazlish),
- Vídeos: BBVA Aprendemos Juntos.