El uso cotidiano de la tecnología se ha extendido a todas las edades, lo que ha derivado en nuevas formas de relación y retos. Uno de ellos es el caso de los llamados “huérfanos digitales” que se convierten en tales por el efecto de la tecnología en su entorno.
Significado y características de un huérfano digital
Este término hace referencia a aquellos niños y niñas que han adquirido sus habilidades tecnológicas y de uso de Internet sin ayuda o supervisión de un adulto. No obstante, también se considera huérfanos digitales a aquellos niños y niñas cuyos progenitores pasan la mayor parte de su tiempo frente a una pantalla (móviles, ordenadores, etc.) y que, debido a ese uso excesivo de la tecnología, dejan pasar momentos esenciales del desarrollo de sus hijos e hijas.
En ambos casos, se les llama «huérfanos digitales» porque están solos en su vida digital, sin la compañía adulta necesaria para enseñarles, protegerles y ayudarles a usar la tecnología de forma segura y constructiva.

¿Por qué los niños se convierten en huérfanos digitales?
Los menores se convierten en huérfanos digitales cuando crecen en un entorno donde tienen acceso a dispositivos y tecnología digital, pero carecen de la orientación, supervisión y acompañamiento adecuado por parte de sus familias o educadores en el uso de estas herramientas.
La falta de tiempo de calidad y atención hacia niños y niñas puede hacer que estos se alejen de sus familias y que tiendan a imitar estos comportamientos de uso excesivo de la tecnología y escaso interés por su entorno real.
Este fenómeno ocurre por varias razones:

Consecuencias del abandono digital en niños
El impacto de esta desconexión emocional y educativa puede ser profundo. Las principales consecuencias negativas que el abandono digital produce en niños y niñas son:
- Baja autoestima: los sentimientos de angustia e indecisión pueden sumarse a la sensación de ser poco valorados por los progenitores.
- Dificultad para relacionarse: los huérfanos digitales adoptarán la forma de actuar y relacionarse de sus progenitores. Por ello, es posible que en un futuro tengan dificultad para relacionarse sin mediación tecnológica.
- Bajo nivel cognitivo: el uso excesivo de la tecnología puede afectar a los procesos de aprendizaje y al desarrollo de competencias como la escritura, la lectura o las matemáticas.
- Exposición a los peligros del mundo digital: tienen acceso total y sin control de los dispositivos, por lo que, pueden verse expuestos a contenidos dañinos o ilícitos, a problemas de ciberseguridad, estafas, contactos peligrosos…
Cómo evitar que un niño sea un huérfano digital
Desde el enfoque de la parentalidad positiva, se desarrollan tres principios para acompañar a niños y niñas en su aprendizaje sobre las tecnologías y la relación que hay que mantener con ellas:
- Presencialidad: anima a padres y madres a estar presentes, ya sea física o virtualmente, cuando sus hijos e hijas hagan uso de las pantallas. De esta forma, conocerán y participarán en sus actividades digitales y podrán gestionar un uso adecuado.
- Progresividad: la aplicación de este principio consiste en adaptar el uso de pantallas a las necesidades y características de cada niño y niña, llevando a cabo una inclusión progresiva.
- Permisibilidad: consiste en regular el uso de pantallas con pautas, normas y límites. No se debe confundir con la permisividad, que es la tolerancia excesiva hacia el uso de los dispositivos. Esto debe acordarse teniendo en cuenta las opiniones de hijos e hijas. Además, debe revisarse para que cambien a medida que los miembros de la familia crecen y evolucionan.
Consejos para un acompañamiento tecnológico responsable
De forma más concreta, se presentan una serie de pautas para contribuir a un uso responsable y seguro de las tecnologías:
