Nuestros gustos, hobbies, comportamientos, rasgos físicos, etc. configuran nuestra identidad, pero no solo en el “mundo real”. En el mundo digital también mostramos poco a poco todas esas cualidades y se crea una identidad que nos distingue del resto de usuarios.
¿Qué se entiende por identidad digital?
La identidad digital consiste en el conjunto de información que compartimos consciente o inconscientemente en internet. Puede entenderse como la imagen o reputación que se crea en torno a cada persona a partir de sus datos personales, como la dirección de correo electrónico o la fecha de nacimiento. También influyen sus comportamientos en línea, como los hábitos de compra o las interacciones en determinadas páginas web.
¿Cuáles son los componentes de la identidad digital?
El concepto de identidad digital es, por tanto, muy amplio y abarca multitud de aspectos.

Datos personales
En nuestro uso de internet, vamos desperdigando datos personales, a veces de manera inconsciente. Damos este tipo de información en situaciones muy diversas: al crear una cuenta en una red social, al rellenar un formulario o una encuesta, al hacer compras online, etc. Todos estos datos personales, interpretados en conjunto, dan lugar a una imagen determinada que contribuye a crear nuestra identidad digital.
Comportamiento en línea
Nuestro comportamiento en línea también define quiénes somos en internet. En esta categoría no solo se incluyen las páginas web que visitamos con asiduidad, sino también la manera en la que interactuamos con el resto de usuarios.
A este respecto, el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE) destaca la importancia de seguir la “netiqueta”. El mismo organismo la define como “el conjunto de pautas de buen comportamiento o de buenas prácticas para comunicarse en la red” e incluye aspectos como no abandonar conversaciones a medias o respetar la propiedad intelectual de los contenidos digitales. Consiste en aplicar las normas de buena educación de la vida real a las interacciones en internet. Así, nuestra identidad digital se corresponderá de manera mucho más fiel a nuestra identidad real.
Huella digital
Tanto los datos personales como el comportamiento en línea forman, a su vez, parte de lo que se denomina “huella digital”. Según la página web de Kaspersky (empresa especializada en ciberseguridad), la huella digital consiste en el “rastro de datos que dejas cuando usas internet. Esto incluye los sitios web que visitas y los correos electrónicos y la información que envías en línea”.
Esta huella va creciendo cuanto más usamos internet. Los distintos elementos de la huella digital pueden formar parte de la identidad declarativa, es decir, de aquella que elegimos compartir conscientemente, o de la identidad activa, aquella que se deriva de nuestros comportamientos en internet (visita de ciertas páginas web, hábitos de compra, etc.).
Sea cual sea el contexto, existen situaciones en las que no somos conscientes de estar compartiendo información. Kaspersky destaca el caso en que los sitios web y apps pueden recopilar información sobre nosotros y nosotras instalando cookies en los dispositivos. De esta forma, una vez hemos aceptado que una organización acceda a nuestra información a cambio de poder navegar por su catálogo o usar sus servicios, esta podrá acceder a nuestros datos e incluso venderlos o compartirlos con terceros. Otra situación en la que nuestra huella digital deja de depender de nuestro comportamiento es a través de las redes sociales. Esto se produce cuando un amigo o familiar nos nombra o etiqueta en una de sus publicaciones en redes sociales. De forma indirecta, esas publicaciones pasan a formar parte de nuestra huella e identidad digital, aunque hayan sido producidas por otras personas.
¿Qué es un sistema de identidad digital?
Otra acepción de “identidad digital” hace referencia a los sistemas utilizados para proteger la privacidad de los usuarios. Esto incluye desde los sistemas más básicos de identificación a través de una contraseña hasta la identificación de la huella dactilar, el rostro o la voz.

¿Para qué sirve la identidad digital?
Ese sistema de reconocimiento permite proteger la privacidad de cada usuario, ya sea ante casos de robo de dispositivos o ante el uso compartido de un dispositivo. Se trata de una manera que tiene el dispositivo de comprobar la identidad de la persona que está intentando acceder a él y, en caso de reconocimiento correcto, otorgarle los privilegios que tiene asignados y darle acceso a la información que contiene.
Estos sistemas están presentes en la mayoría de plataformas, tanto de uso personal (redes sociales, ordenadores, móviles…) como profesional y oficial (carpetas sanitarias, Seguridad Social…).
¿Es posible robar la identidad digital?
La publicación de información en internet conlleva una serie de riesgos entre los que destacan el robo y suplantación de identidad. Según explica el INCIBE, los delincuentes pueden aprovecharse de esa información publicada para hacerse pasar por otra persona y, en su nombre, hacer compras fraudulentas, abrir cuentas bancarias, obtener un crédito, etc.
Cómo proteger tu identidad digital
Correr ciertos riesgos es inevitable en nuestro uso de internet, pero sí que es posible tomar medidas para proteger nuestra privacidad. En este sentido, la página web del INCIBE recoge varios consejos fácilmente aplicables en el día a día.
- Crea contraseñas fuertes y únicas para cada cuenta online. No las compartas y cámbialas regularmente.
- Usa la autenticación de dos factores siempre que sea posible.
- Usa herramientas como extensiones del navegador que bloqueen anuncios y rastreadores.
- Asegúrate de que es una web con buena reputación y una conexión HTTPS segura.
- Limita la información que compartes, evitando datos personal como dirección, número de teléfono, costumbres o detalles financieros.
- Revisa la configuración de privacidad de los servicios que utilizas y limita quién puede ver tu información personal.
- Evita prácticas de riesgo como el sexting, que pueden hacer que tu información termine en manos de terceras personas.
- Mantén actualizados software y aplicaciones.