El móvil se ha convertido, prácticamente, en una extensión de nuestro cuerpo. Si echas un vistazo a tu alrededor cuando estés en un lugar con más gente, verás cómo un porcentaje muy alto mira sin parar la pantalla de su teléfono, ajenos a lo que sucede alrededor. Lo mismo pasa con nuestros niños, niñas y/o adolescentes. ¿Recuerdas cuando jugaban al aire libre hasta que oscurecía? Hoy en día, los parques están repletos de jóvenes pegados a una pantalla. Incluso si echas un vistazo a las estadísticas de tu móvil, te sorprenderá el dato que te devuelve del número de veces al día que consultas ese aparatejo que te acompaña a todas partes. Esta hiperconexión puede tener un precio muy alto. ¿Te suena la nomofobia? Está afectando a un número creciente de personas, en especial a los más jóvenes. De modo que diría que te interesa conocer qué es para ayudar a tus hijos e hijas a evitar este problema y a mantener una relación saludable con la tecnología.
¿Qué es la nomofobia?
La nomofobia, acrónimo de «no-mobile-phone phobia», es el miedo irracional y extremo a estar sin el teléfono móvil o a no poder utilizarlo. Los jóvenes que la sufren experimentan malestar cuando no tienen su dispositivo a mano, no pueden consultar las notificaciones o cuando la batería se agota. Va más allá del sentir fastidio por estar “incomunicado”, ya que causa estrés, ansiedad e, incluso, otros síntomas físicos como palpitaciones y sudoración.
Síntomas y causas de la nomofobia en niños y adolescentes
Entre los síntomas de la nomofobia en niños, niñas y adolescentes que enumeran diversos expertos en el tratamiento de adicciones están:
- Uso cada vez más intenso del teléfono móvil, quitando tiempo a otras actividades como el estudio, dormir o quedar con las amistades.
- Ansiedad o nerviosismo extremo ante la idea de perder el móvil, no tenerlo cerca o disponible, o no poder usarlo por estar sin cobertura o con la batería descargada.
- Dificultad de concentración si el teléfono no está cerca.
- Mirar de forma continuada la pantalla del móvil para ver si has recibido mensajes o llamadas.
- Llevar siempre un cargador encima.
- Mantener el teléfono móvil siempre encendido y dormir con él en la cama.
- Disminuir las interacciones sociales cara a cara.
- Enfado desproporcionado si se quedan sin su dispositivo o sin señal porque, por ejemplo, falla el Wi-Fi de casa o se le castiga limitando su uso.
- Evitar planes en lugares en los que no hay cobertura, como una excursión a la montaña.
La causa principal detrás de la nomofobia, según los expertos, es la tendencia creciente a usar móviles en edades cada vez más tempranas, ya que esta dependencia extrema se está observando, sobre todo, en jóvenes y adolescentes. Otra posible causa, por tanto, es la falta de límites y supervisión en el uso de estos dispositivos. Por otra parte, los padres y madres somos los actores más influyentes en la educación de nuestros hijos e hijas. Por tanto, si los padres y/o madres están constantemente conectados a sus dispositivos, los y las menores tienden a imitar este comportamiento.
Cómo prevenir la nomofobia infantil
- Elige el momento adecuado para regalarle un móvil: no existe una edad universal a partir de la cual ya están preparados. Cada niño o niña es una persona única e irrepetible y su nivel de madurez será distinto en cada caso. Antes de regalarle un móvil, asegúrate de que está preparado o preparada y acompáñale en el proceso para estarlo. No te dejes llevar por lo que hagan los demás padres y madres. Es una decisión personal muy importante.
- Establece límites: la solución no es prohibir. Apuesta más por definir horarios específicos para el uso del teléfono móvil y respeta estos límites.
- Sé un modelo a seguir: limita tu propio uso del teléfono y desconéctate en familia para realizar actividades juntos.
- Crea espacios sin pantallas: configura áreas en casa sin pantallas o incluso un día a la semana sin móvil para toda la familia.
- Fomenta otras actividades: anima a tus hijos e hijas a practicar deportes, leer, pasar tiempo al aire libre y cultivar relaciones sociales cara a cara.
- Habla con tus hijos/as: crea un ambiente de confianza donde puedan hablar contigo sobre sus preocupaciones y miedos.
Cómo saber si mi hijo o hija tiene nomofobia
Si sospechas que tu hijo o hija puede estar sufriendo nomofobia, observa si presenta alguno de los síntomas mencionados anteriormente. Además, puedes prestar atención a su comportamiento cuando está sin su teléfono móvil y a las siguientes señales: bajo rendimiento escolar, problemas para socializar, problemas para dormir, problemas de visión, ansiedad, aislamiento en su habitación o aburrimiento constante sin el móvil. En el caso de sospecharlo, es recomendable acudir a un especialista de la salud.
Cómo superar la nomofobia en niños, niñas y adolescentes
Si observas algunos de los síntomas anteriores puedes hacer uso de las siguientes estrategias:
- Buscar ayuda profesional: si la nomofobia de tu hijo o hija es severa, consulta a un psicólogo infantil para que os ayude en el proceso.
- Actividades en grupo: participar en actividades grupales puede ayudar a los jóvenes a desarrollar habilidades sociales y a reducir la dependencia del teléfono móvil.
- Establecer rutinas saludables: fomentar hábitos saludables como dormir lo suficiente, hacer ejercicio y comer bien puede ayudar a reducir la ansiedad y mejorar el bienestar general.
La prevención es la mejor herramienta para combatir la nomofobia. Al establecer límites claros y fomentar hábitos saludables desde temprana edad, puedes ayudar a tus hijos e hijas a desarrollar una relación más equilibrada con la tecnología, que es una gran herramienta pero debemos usarla de manera sana.