Resumen del Informe
Hace algún tiempo nació en mí la inquietud de conocer el impacto que está generando el uso de la tecnología en niños y niñas que cursan la Educación Primaria y están dando un salto hacia la adolescencia. Entiendo y comprendo el sentir que muchos padres y madres pasan cuando tienen que afrontar la difícil tarea de educar a sus hijos e hijas en el uso adecuado de las pantallas y las redes sociales.
De ahí, vimos la necesidad desde el Grupo de Delitos Informáticos de hacer un estudio para conocer la situación de los menores de 11-12 años. El objetivo de este estudio fue obtener muestras sobre el acceso a Internet, el comportamiento en la red, sus motivaciones para usar las redes sociales, los riesgos y peligros que se encuentran; y el control que padres y madres llevan sobre la educación digital de sus hijos e hijas.
El estudio refleja algunos datos como que el 60,5% de niños y niñas de 11 años ya cuenta con un teléfono móvil. La red social que más usan y es popular entre estas edades es TikTok (45,7%), seguido de YouTube (73,4%) y WhatsApp (50,7%). Pero, ¿qué buscan en estas redes? Según la mayoría, lo que buscan es divertirse (62,7%), y es que a medida que crecen y con los cambios emocionales, afectivos y físicos que van experimentando en ellos y ellas, las redes sociales son un modo de sentirse vistos. Aunque no es fácil lidiar con estas edades, ya hay una cantidad de padres y madres que a menudo supervisa, ve, apoya y acompaña a sus hijos e hijas cuando usan el móvil (41,6%). Y, asimismo, nos encontramos a los que ocasionalmente (42%) o nunca (12%) realizan esta supervisión.

La principal alarma y preocupación que hemos encontrado en las familias tras este estudio es que temen que sus hijos e hijas contacten o hablen con desconocidos en la red. Desde mi Unidad de Investigación hemos detectado un incremento de personas adultas que quieren relacionarse con los menores a través de chats y juegos online. Por ello, es nuestra preocupación, también, transmitir a las familias que encuentren pequeños momentos para hablar con sus hijos e hijas sobre los riesgos y peligros que hay en la red.
Hay que hacerles conscientes a los menores de los riesgos que están a un click mediante la difusión de imágenes y vídeos. La pornografía es uno de esos riesgos muy notorios que hay en la red. En nuestra encuesta, visionaron pornografía el 3,5% de chicos y un 1,8% de chicas. De los otros peligros que acechan, el grooming está como una práctica sexual en la que un adulto capta a menores mediante Internet, a través de chats, redes sociales y tácticas como el uso de regalos o amenazas para conseguir un contenido sexual con los menores. Según nuestros datos, el 2,6% de chicos ha recibido proposiciones sexuales y el 2,7% las chicas.
Otra práctica, cada vez más común entre adolescentes, es el sexting, caracterizado por producir y difundir contenido íntimo, erótico o pornográfico de manera voluntaria. Los datos que obtuvimos es que el 0,1% entre chicos ha enviado alguna vez contenido íntimo y 0,4% entre las chicas.
Como forma de violencia digital, el cyberbullying es otro peligro en la red, que se caracteriza por la burla constante que hace el agresor a la víctima mediante mensajes o difusión de imágenes o vídeos. Estos actos pueden llevar a niños y jóvenes a experimentar depresión, angustia, ansiedad o incluso pensamientos suicidas como resultado de este tipo de comportamiento. El estudio arrojó que 92,8% nunca ha sido víctima del cyberbullying mientras que el 6,5% sí ha sido víctima de este tipo de violencia.
Los hechos son muy claros, internet y todo lo que hay en la red se ha convertido en un campo de batalla para las familias y las propias escuelas. Niños y niñas acceden desde tan pequeños a contenidos que en apariencia no representan peligro. Envían fotografías, imágenes, vídeos, rumores y se encuentran con contenidos de acceso ilegal que puede llamar su atención por no ser conscientes del peligro que suponen.
Es por ello que, las instituciones educativas, tienen no solo que educar en el uso de las TIC, sino prestar especial atención a las situaciones de violencia en la red. Los centros educativos tienen que trabajar en la gestión de la privacidad y prevención del uso adecuado de las redes sociales en los menores. Por otro lado, las familias apoyar este camino de prevención y aprendizaje ejercitando disciplina, enseñando con amor y pautando reglas y límites. Mientras el Grupo de Delitos Informáticos estamos dispuestos a prestar ayuda a familias y centros con información y datos fiables sobre la interacción que hacen nuestros menores en el mundo digital.