La feria SIMO Educación, en su 10º edición, celebrada bajo el lema «Tecnología que inspira la transformación educativa«, reunió a diferentes expertos del panorama nacional para reflexionar sobre el impacto de la digitalización en la educación. Parte del equipo de e-tic, Nerea Tollar y Alba Zubiría, acudieron a este encuentro con un doble objetivo: profundizar en el uso de la tecnología en el ámbito educativo y escuchar a los diferentes profesionales especializados en este ámbito sobre las tendencias e innovaciones actuales del panorama digital.
A lo largo de las conferencias se discutieron temas clave como la seguridad digital, la alfabetización tecnológica, la salud mental y el papel de la educación emocional, destacando un enfoque equilibrado entre el componente tecnológico y el humano.
Seguridad digital
La seguridad digital emergió como un tema prioritario. Miguel Ángel Savall, doctor en Tecnología Educativa y director general de Foredu y Adelardo Camacho, especialista en sistemas digitales en Globeducate, coincidieron en que es esencial garantizar entornos tecnológicos seguros en las escuelas, considerando que la digitalización acelerada, especialmente tras la pandemia, ha expuesto vulnerabilidades significativas. Ambos subrayaron la importancia de actualizar infraestructuras tecnológicas y formar a docentes en competencias digitales, ya que en muchos casos, la falta de personal especializado compromete la protección de datos sensibles de estudiantes. Cristina Suárez de 21Gramos añadió que, además de la seguridad técnica, es necesario trabajar en la comunicación entre familias y escuelas, cerrando la brecha digital y estableciendo acuerdos claros sobre el uso adecuado de la tecnología en el hogar y en el aula.
Alfabetización digital
La alfabetización digital fue otro eje transversal. Laura Cuesta Cano, docente universitaria y especialista en Educación Digital, enfatizó que la incorporación de la tecnología en las aulas debe ser complementaria a los métodos tradicionales, no un sustituto de estos. La clave, según Laura, es fomentar desde edades tempranas un uso crítico y creativo de las herramientas tecnológicas, guiando a los menores para que las utilicen como canales de innovación en lugar de simples medios de consumo. Este enfoque requiere una corresponsabilidad entre familias, centros escolares y administraciones públicas, que deben trabajar en conjunto para formar ciudadanos y ciudadanas capaces de aprovechar el potencial de la tecnología sin caer en sus riesgos.
La tecnología desde el componente humano
Carlos Javier González Serrano, docente de Filosofía y Psicología, llevó la discusión hacia un enfoque humanístico, recordando que la tecnología no debe eclipsar la importancia del diálogo, el pensamiento crítico y las relaciones significativas. Javier criticó cómo la hiperestimulación digital y la sobreexposición a redes sociales están erosionando habilidades fundamentales como la comunicación interpersonal. Según él, los docentes deben enseñar no solo a usar la tecnología, sino también a cuestionarla, a reflexionar y a encontrar sentido en el aprendizaje. Este papel de la educación humanística es esencial para contrarrestar el ritmo vertiginoso y deshumanizante del entorno digital.
Las emociones en el entorno digital
Pablo Rodríguez Coca, psicólogo, autor especializado en inteligencia emocional y creador de @occimorons, abordó la relación entre emociones, cuerpo y aprendizaje. Según él, la autorregulación emocional es clave para el desarrollo integral de los y las estudiantes, especialmente en un mundo donde los estímulos digitales son constantes. Pablo destacó la importancia de crear entornos escolares donde los alumnos y alumnas puedan expresar sus emociones libremente y aprender a transitarlas, en lugar de reprimirlas o ignorarlas. Además, argumentó que prácticas simples, como fomentar el movimiento físico en el aula o programar momentos de pausa, pueden tener un impacto positivo en la atención y el rendimiento cognitivo de los y las estudiantes.
La tecnología y la salud mental
El equipo de e-tic, aprovechó su estancia en Madrid para acudir a la conversación entre María Zabala autora y especialista en bienestar digital, y José César Perales, catedrático en Psicología y experto en adicciones comportamentales, en el Espacio Movistar. Estos expertos enfatizaron que no se debe demonizar la tecnología ni asumir que su uso conlleva automáticamente efectos negativos. Según ellos, el bienestar digital depende más del acompañamiento y los hábitos que de la cantidad de tiempo que los menores pasan frente a las pantallas.
En SIMO también se habló sobre este tema. Lucía Halty, directora de la Cátedra de Innovación y Salud Mental Digital de la Universidad de Comillas, argumentó que no basta con crear entornos seguros; es crucial enseñar a los y las estudiantes a gestionar sus emociones y a no depender de los dispositivos para regular su bienestar emocional. Arturo Cavanna, profesor y especialista en tecnología y educación, complementó esta idea resaltando que la falta de supervisión y guía puede ser tan dañina como los riesgos más evidentes, como el ciberacoso o el acceso a contenido inapropiado.
Conclusiones extraídas
En conjunto, las conferencias de SIMO Educación dejaron claro que la tecnología tiene un potencial transformador, pero su implementación debe estar acompañada de un enfoque reflexivo y equilibrado. Entre las conclusiones más relevantes se encuentran:
En esencia, la tecnología no debe verse como un fin en sí mismo, sino como un medio para enriquecer la experiencia educativa y humana, siempre con un enfoque centrado en las personas.
Desde e-tic, cuyo objetivo es fomentar un uso responsable, ético y con criterio de las tecnologías entre los menores, se ha identificado que el enfoque debe estar alineado con lo expuesto por los expertos: más allá de la prohibición del acceso, el trabajo debe centrarse en la regulación, la educación y el acompañamiento. Esto permitirá que los y las estudiantes no solo aprendan a usar la tecnología de manera segura y responsable, sino que también desarrollen las competencias necesarias para aprovechar su potencial en beneficio de su aprendizaje y desarrollo personal.