La sextorsión es un delito digital que combina el chantaje y el abuso de la intimidad. Cada vez es más frecuente en redes sociales, juegos y aplicaciones de mensajería y puede llegar a afectar tanto a jóvenes como a adultos. Algunas de las consecuencias pueden generar sobre la víctima son el miedo, la vergüenza o mucho estrés. Conoce en qué consiste, cómo prevenirla y dónde denunciar. Esto es clave para estar protegidos y protegidas y saber cómo actuar.
Qué es la sextorsión
La sextorsión es una forma de chantaje sexual en línea. Ocurre cuando una persona consigue, o dice poseer, imágenes, vídeos o información íntima de otra y amenaza con difundirlos si la víctima no accede a realizar lo que le pide. Estas exigencias pueden ir desde el envío de más contenido íntimo hasta la entrega de dinero para evitar la difusión.
Es un problema preocupante, ya que afecta no solo a adultos, sino también a menores. En los últimos años, con el auge de las redes sociales, las aplicaciones de mensajería en línea y los videojuegos, se ha observado un notable crecimiento de los casos. Una de las tácticas más frecuentes es el uso de perfiles falsos, creados para ganarse la confianza de las víctimas, fingiendo ser una persona de su misma edad o compartiendo contenido atractivo para conseguir que envíen material íntimo.

Comprender el funcionamiento de este fenómeno es fundamental, de manera que se pueda prevenir o actuar a tiempo. La sextorsión no solo genera un fuerte impacto psicológico en las víctimas, marcado sobre todo por la vergüenza o el miedo a que los demás descubran lo ocurrido, sino que, además, puede tener consecuencias económicas y sociales graves, sobre todo si el material llega a difundirse.
Diferencias entre sexting y sextorsión
Aunque tanto el sexting como la sextorsión implican contenido íntimo, cabe resaltar que la intención y el contexto son completamente diferentes.
- Sexting: se trata del envío o intercambio voluntario de contenido de carácter sexual o íntimo entre personas conocidas. Por ejemplo, parejas que deciden enviarse fotos con conocimiento y consentimiento de ambas partes y no existe ningún tipo de chantaje o amenazas. Aunque es cierto que conlleva grandes riesgos si el contenido se comparte con otras personas.
- Sextorsión: es un delito que ocurre cuando una persona utiliza imágenes, vídeos o información íntima para chantajear a otra. La víctima no tiene control sobre la situación y se ve obligada a obedecer, ya que, de lo contrario, su material íntimo puede difundirse.
Casos reales de sextorsión

Cómo actuar ante un caso de sextorsión
Enfrentarse a un caso de sextorsión puede causar miedo, vergüenza o culpa, sobre todo en los y las menores, que aún tienen menos capacidad de evaluar riesgos y tomar decisiones seguras. Saber cómo actuar es fundamental, por eso dejamos algunas claves:
- No ceder al chantaje. Hacer lo que el extorsionador dice, como enviar más contenido o hacer pagos, solo empeora el problema. Aunque la víctima nunca es culpable.
- Guardar todas las pruebas. Conservar mensajes, direcciones de correo electrónico, capturas de pantalla o números de teléfono es esencial.
- Bloquear. Es importante bloquear y denunciar el perfil para que las plataformas tomen las medidas necesarias. Sin embargo, nunca se debe borrar la cuenta ni las conversaciones, ya que son pruebas.
- Denunciar. La sextorsión es un delito, por lo que se puede denunciar a través de la plataforma correspondiente y ante la policía u organismos especializados, como el INCIBE (017), donde pueden dar orientaciones valiosas.
- Buscar apoyo. Este tipo de situaciones suelen ser complejas, por lo que contar con el respaldo de adultos y profesionales puede ayudar.
Cómo prevenirla
La mejor opción para evitar caer en la sextorsión es tener unos hábitos digitales seguros y estar siempre alerta ante cualquier posible riesgo. Algunas pautas que se pueden seguir son:

En la actualidad, la sextorsión es un delito grave y un riesgo real en línea, pero con información, buenos hábitos digitales y apoyo familiar o incluso profesional, es posible actuar y enfrentarse a ella si fuera necesario. Por ello, mantener una comunicación fluida con nuestros hijos e hijas, estar atentos ante señales de riesgo y enseñarles a protegerse es fundamental. Además, ofrecerles confianza les da seguridad para acudir a nosotros y nosotras ante cualquier problema en internet.