Los métodos para engañarnos como usuarios de internet son cada vez más numerosos y, en ocasiones, no carecen de ingenio. Es el caso del catfishing, una de las prácticas más extendidas actualmente en redes sociales y plataformas online.
Qué es el catfishing y su significado
Se trata de la “la utilización de información y/o imágenes falsas por una persona que, con finalidades maliciosas, construye una identidad, con el objetivo de engañar, manipular emocionalmente o incluso estafar a un tercero”, explica el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE).
Origen del término “catfish”
Este término se popularizó, según recoge el INCIBE, tras el documental ‘Catfish’ de 2010 que relata la experiencia de Nev Schulman al comenzar una relación en línea. Schulman cree estar conociendo a una joven llamada Megan, pero más tarde descubre que en realidad es una mujer mayor que utiliza una identidad falsa.
Qué diferencia hay entre catfish y catfishing
En el documental, además, se establece la clara diferencia entre catfish y catfishing. La primera palabra hace referencia a la persona que lleva a cabo el engaño, mientras que la segunda, al acto mismo de suplantar una identidad para realizar el engaño.
Cómo actúan los estafadores del amor
Este tipo de estafadores suelen utilizar un proceso sistemático para ganarse la confianza de sus víctimas y conseguir su objetivo. El INCIBE indica los pasos que comúnmente siguen y que incluye el robo de fotografías y la creación de perfiles falsos.
Perfiles falsos y fotos robadas
Los pasos que suelen usar estos ciberdelincuentes se desarrollan de la siguiente manera:
Cómo identificar un catfish
Aunque quizá conociendo los pasos anteriores ya puedas detectar el peligro de catfishing, conviene estar especialmente alerta en determinadas situaciones.
Señales de alerta en perfiles y mensajes
El INCIBE destaca varios aspectos que generalmente son muestra de un caso de catfishing. El primero de ellos puede diluirse en el discurso a lo largo de la conversación, pero consiste en la belleza excesiva de la relación. Pero cuidado, no todo es tan perfecto como el estafador intenta hacer parecer en esas primeras conversaciones.
Esa excesiva “perfección” también debe alertarnos en los perfiles de redes sociales, sobre todo si tienen pocas publicaciones o seguidores y una actividad iniciada recientemente. Además, si las respuestas a tus preguntas no son claras o muestran un nivel de compromiso desproporcionado en muy poco tiempo, es probable que esa persona no esté siendo honesta.
Ejemplos reales de catfishing
Este método de ciberdelincuencia se ha extendido ampliamente en los últimos años, dando lugar a casos conocidos como los que recoge la web especializada malwarebytes.com:
- Anna Sorokin, que se hizo pasar por una mujer rica para llevar a cabo numerosos fraudes. Ha protagonizado artículos, un pódcast, un libro, programas de televisión y una serie de Netflix (‘Inventando a Anna’).
- Manti Te’o, una estrella de fútbol americano que mantuvo una relación online con Lennay Kekua, una identidad que resultó ser falsa y creada por un amigo de Te’o. La historia se convirtió en un documental de Netflix (‘Untold: la novia que no existió’).
- Simon Leviev utilizaba apps de citas para manipular a mujeres y pedirles dinero para financiarse un estilo de vida de lujo.
Consecuencias del catfishing
Ser víctima de estas estafas puede afectarnos negativamente en muchos aspectos. La web especializada en ciberseguridad proofpoint.com indica las consecuencias más habituales, entre las que destacan las pérdidas económicas y la angustia emocional.
Daños emocionales y económicos
Una de las situaciones más repetidas en estas estafas es la petición de dinero haciéndose pasar por alguien necesitado y aprovechando la compasión de las víctimas. Así, en 2021, más de 24.000 estadounidenses perdieron un total de en torno a 1.000 millones de dólares al caer en las estafas “románticas”, explica el centro de denuncias de delitos en internet del FBI.
Estos abusos, aunque pueden producirse contra personas de todas las edades, generalmente las más vulnerables son las de mayor edad, que pueden sentirse humilladas al darse cuenta de la situación e incluso experimentar ansiedad y depresión.
Además, en algunos casos, un ataque de catfishing puede poner en entredicho la reputación de la víctima si el estafador le chantajea con publicar información privada o embarazosa. El estafador también puede usar la información personal de la víctima para crear un nuevo perfil y cometer un fraude, comprometiendo así su identidad.
Responsabilidad legal del estafador
Aunque el término “catfishing” no aparece como tal en el Código Penal español, este sí sanciona acciones que se incluyen dentro de un ataque de este tipo, explica la web especializada en abogacía arcj.es. La primera de ellas es la estafa, que se reconoce en el artículo 248 como el comportamiento de “aquel que, con ánimo de lucro, utilizara engaño bastante para producir error en otro, induciéndolo a realizar un acto de disposición en perjuicio propio o ajeno”. Las penas por estafa varían desde los seis meses hasta los tres años de prisión, aunque pueden ser más severas si afectan a un gran número de personas o implican grandes cantidades de dinero.
Del mismo modo, incluye el delito de usurpación de identidad en el artículo 401 y los delitos relacionados con falsedad documental en el artículo 390, ya que bajo esa denominación se incluye la creación de sitios web fraudulentos o la falsificación de documentos. Estos delitos pueden ser castigados con condenas de seis meses a tres años, recoge la web.
Cómo protegerte del catfishing
Para protegerse frente a un posible ataque de este tipo, el INCIBE ofrece una serie de recomendaciones generales a seguir:
- Protege tu información personal: nunca compartas datos privados como tu dirección, tu número de teléfono o tu información bancaria con personas que solo conozcas a través del mundo digital.
- Verifica perfiles sospechosos: realiza búsquedas inversas de las imágenes de un perfil sospechoso para comprobar si son robadas y verifica que la información que proporciona no tiene inconsistencias.
- Configura la privacidad de tus redes sociales: limita la información visible a desconocidos, ya que así se reduce el riesgo a que recopilen tus datos personales para construir un perfil falso con el que realizar una estafa.
- Evita las prisas y las solicitudes de dinero: aunque pienses que conoces a la otra persona, no envíes dinero sin antes investigar la situación a fondo.
- Denuncia perfiles sospechosos: si sospechas que un perfil es falso, usa las funciones que ofrecen las redes sociales para reportarlo.
Qué hacer si fuiste víctima
En caso de que ya hayas sido víctima de uno de estos ataques, conviene que sigas unos pasos determinados para minimizar las consecuencias o evitar daños futuros. Lo primero que debes hacer es guardar capturas de pantalla y conversaciones que demuestren el ataque, ya que serán útiles para presentar una denuncia.
Además, puedes practicar egosurfing, es decir, una búsqueda en la red de información relacionada con tu persona para ver si está siendo utilizada de forma fraudulenta. Y en caso de que encuentres algo negativo, siempre puedes ejercer tu derecho al olvido para solicitar la eliminación de estos datos de los motores de búsqueda y páginas web.
